Entre las melodías que circundan estos rincones,
se encuentra la más tacita de todas.
Rodeado de vibraciones fantasmas.
Diez mariposas aleteando de acuerdo a su función y
segmentos vivos impredecibles que no se detienen,
logran confabular para trepidar.
En el instante que parece estremecerse el helminto,
se propaga aquel árbol de otoño.
Sin importar lo secundario, casi tensadas las alas,
prontitud en empezar ciclos en la abscisa.
Resaltes e incertidumbres futuristas,
son lo que proyectan aquellas bisectrices.
El futuro se disfraza de presente,
para luego mostrar su faz de pasado.
Bajan las sospechas de sentencia,
para corroborar esa disparidad.
Envuelto en el capullo,
hogar de aducción.
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